lunes, 1 de octubre de 2012

Devocional Octubre 2012

LOS VALLES TAMBIÉN DEBEN SER CONQUISTADOS (Jue. 1:19)


Muchas veces la victoria o derrota se define en la voluntad de Dios. Es decir, si es la voluntad de Dios hacer algo y lo hacemos, la  victoria está asegurada. Ahora, si no estamos en línea con Dios, es decir, si por algún motivo hay una separación con Dios (es decir, hay pecado en nuestras vidas), la victoria puede estar comprometida.

En el caso de este pasaje, “el Señor estaba con Judá”. ¿Qué quiere decir esto? Que Judá no estaba en pecado. Judá estaba alineado con la justicia divina. Dios avalaba lo que Judá estaba haciendo. La conquista en ese momento era parte de la voluntad de Dios. Y Judá por su lado estaba haciendo un buen trabajo. El qué y el cómo de Judá estaban con la aprobación de Dios.

Y por causa de esta razón, Judá había tomado la región montañosa. Si comparamos entre el llano y la montaña, fácilmente nos damos cuenta que la parte llana es un lugar donde es fácil de pelear. Sin embargo, la región montañosa tiene su dificultad. Primariamente, porque por lo general los enemigos están arriba, y uno tiene que subir. Pero debido a que “Dios estaba con Judá”, pudieron conquistarla.

Pablo dice: “Todo lo puedo en Cristo que me fortalece”. Y esto sería una ejemplificación que un territorio montañoso aun es conquistable si Dios está con nosotros.

¿Cuál es tu territorio montañoso? ¿Cuáles son esas áreas “difíciles” para conquistar? Quizá tengas una cantidad de áreas en tu vida que son verdaderos gigantes, que son lugares fortalecidos. Judá pudo conquistarlos, porque Dios estaba con él. Si Dios está contigo, entonces te animo a que avances en el nombre de Jesús y conquistes. “Pero, pastor, es una zona montañosa”. Judá pudo porque Dios estaba con él. Si estás seguro que Dios está contigo, qué te lo impide.

Pero luego, la segunda parte del versículo muestra algo curioso: “pero no pudo expulsar a los habitantes el valle, porque estos tenían carros de hierro”.

El punto no es que no pudieron porque no fuera la voluntad de Dios, ni que porque estuvieran en pecado. Dios seguía estando con ellos, pero lo que impidió que conquistaran fueron los carros de hierro. El valle, como dijimos, era una zona “fácil”. Pero la presencia de carros de hierro evitó que la conquistaran. La gran pregunta es qué tienen que ver los “carros de hierro” con la conquista.

Algunas veces no entendemos cómo trabaja la fe. Solemos pensar que tenemos mucha fe. “Pastor, yo tengo mucha fe”. “Tenía esta enfermedad y oré, pero oré con fe, y se sanó”. ¡Gloria a Dios! Pero no entendemos cómo es la dinámica de la fe. Probablemente esa persona se va a confrontar con otras situaciones de enfermedad y ore también las personas se sanen. Y es claro, una victoria de levanta el ánimo como para enfrentar la próxima batalla. Y al mismo tiempo te vas conociendo en la medida de fe que tienes.

Pero de repente se presenta una situación, fuera de esta esfera de sanidad en enfermedad que lo descoloca. Llega a su casa, y tiene por debajo de su puerta una carta documento. Y todo un escalofrío le recorre toda la carta. La lee y hay una intimación en términos muy fuertes. Al ser ignorante de muchas cosas, comienza a latirle el corazón más rápido y comienza a hacer algunos llamados telefónicos. Mientras espera, lee el diario y la noticia del día cómo la corrupción ha avanzado y cuántos inocentes fueron demorados en el último mes, mientras los delincuentes siguen en la calle.

Entonces, a esta persona, comienzan a caminarle los ratones por la cabeza, la preocupación y el miedo la sitian y queda paralizada. Hace media hora terminaba de sanar un cáncer terminal, pero ahora está paralizada de miedo. La pregunta es ¿por qué? Porqué una persona guerrera y victoriosa en un área puede ser un fracaso en otra?

Miren lo que pasó con Judá: fue victorioso en la región montañosa, pero quedó paralizado en el valle, y la razón eran los carros de hierro que tenían los enemigos.

Satanás sabe que si nosotros creemos lo que Dios nos dice, quiénes somos y lo que podemos hacer, él no tiene nada que hacer. Antes de comenzar a pelear ya ha sido derrotado.

¿Por qué Goliat seguía gritando, y así estuvo por 40 días? Porque en la primera oportunidad que lo hizo tuvo éxito. El primer día los amenazó y los israelitas huyeron. El Segundo, lo mismo. Y así por varios días. ¿Por qué insistía Goliat? Porque el método funcionó. Saúl y todo su ejército estaba paralizado de miedo. Goliat desafiaba a tener un mano a mano con cualquier soldado. Y Saúl, en lugar de pararse e ir, ofrecía a su hija en matrimonio y exención de carga impositiva de por vida, sentándose en la mesa del rey. Pero no logró nada, porque el miedo se había instalado en el ejército de Israel.

Una estrategia del enemigo para amargarte la vida es bloquearte en algunas áreas de tu vida. Es decir, puedes tener fe en un montón de cosas o aspectos, pero hay dos o tres áreas donde no puedes fluir. Y te trae culpabilidad. Te dice que no puedes, que eres un fracaso, que tu fe nunca va a crecer.

Entendamos que el trabajo psicológico que hace el enemigo es muy fuerte. Porque en los lugares escarpados pudiste vencer, pero en el llano, en el valle, en lo fácil eres derrotado.

¿Qué son estos carros de hierro? Entendamos que el pueblo de Israel no había entrado en la edad de hierro, todavía, pero no así los filisteos y otros grupos. En el tiempo de Saúl los únicos que tenían armas de hierro eran Saúl y Jonatán. Ellos todavía estaban en la edad de bronce. Entonces, claro, cuando ven carros de hierro, no sabían con qué darle. El impacto psicológico que causa ver un arma nueva, que no sabe qué hace, cómo funciona, y además entender su indestructibilidad, lo paraliza a uno. Esto es lo que le pasó a los hebreos. Dios estaba con ellos, pero quedaron paralizados. El terreno era mucho más fácil, pero había carros de hierro.

Este es el mes décimo, un mes de justicia. Dios está contigo. Avanza. Quizá sea un tiempo en el cual tendrás que transitar por lugares llanos y no escabrosos. Lugares “fáciles”. Pero no bajes la guardia. Que sea fácil no quiere decir que Satanás no vaya a disponer de carros de hierro para amedrentarte y paralizarte. La idea es avanzar en el nombre de Jesús y destruir los carros de hierro. Dios está contigo. Alinéate con la justicia de Dios, y avanzar. Los valles deben también ser conquistados.

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